LOS RECUERDOS de David Foenkinos
Es uno de los libros que estoy leyendo últimamente. Hace un par de semanas camino a la peluquería a las 8:30 de la mañana el día que se casaba mi amiga I, los ojos me hicieron chiribitas cuando lo vi en el escaparate de la librería de mi tía. Foenkinos había escuchado mis plegarías y había sacado nuevo libro.
Su lectura no está siendo tan ansiosa como el de La Delicadeza, teniendo en cuenta que la leí en un día sería muy difícil superarla. Es más pausada, puede que no me haya enganchado tanto pero sin duda Foenkinos me está demostrando que con La Delicadeza no se le alinearon las estrellas y que aquella prosa que tanto tanto me gustó, tiene continuidad.
Después de leer el párrafo de ahí arriba, me quedé en trance pensando... en esos olores tan especiales que suelen tener los templos religiosos, en cómo el olor a incienso me traslada a cada una de las catedrales que visité con mis padres en casi todas las Semanas Santas de mi vida. Me veo pequeña, encima de un banco viejo de madera, con las piernas colgado de él... imaginándome todas las historias que habrían acontecido entre aquellas paredes de piedra.
Por eso siempre me ha parecido algo mágica la Incense Serie de Comme des Garçons, cinco fragancias, dedicadas a las cinco principales religiones.
Así, Avignon huele a catolicismo, Zagorsk a cristianismo ortodoxo, Ouarzazate a islam, Jaisalmer a hinduismo y Kyoto a budismo. De incienso a incienso se va recorriendo el mundo y sus diferentes culturas.
Al principio parecen todas iguales, todas huelen a "iglesia", pero luego se van diferenciando fácilmente. Avignon, "la nuestra", es la más reconocible con su incienso mezclado con mirra y cedro. Zagorsk es mucho más amaderada con sus notas de pino, abedul y olibano. Ouazazate lleva el toque verde del té junto al oud y el anis, sensuales y cálidos. El incienso de Jaisalmer está especiado con el cardamomo, la pimienta negra y la canela. Y Kyoto es la más calmada con el ciprés y el cedro acompañando al incienso.
Por ahora mi favorita es Kyoto, aunque estoy deseando volver a oler Zagorsk, seguro que sería la favorita de la madre del protagonista del libro de Foenkinos.
Puede que no sean fragancias fáciles de llevar, en mi caso al menos. Pero sí son fragancias que consiguen trasladarnos a los lugares más místicos del mundo y nos hacen llegar ese olor de la eternidad.
Besos!!